lunes, 27 de agosto de 2012

Caricaturas, un divertimento liberal


Desde que la prensa iniciara su andadura en el convulso final del siglo XVIII, la caricatura, al igual que los artículos de opinión, diseccionaron las diferentes realidades del momento.

El siglo XIX, tras los coletazos revolucionarios de las guerras napoleónicas, estuvo marcado por la burguesía ilustrada, los avances tecnológicos, numerosos cambios políticos abruptos e innumerables conflictos armados. Con este panorama, la proliferación de la prensa encuentra el caldo de cultivo ideal para su completo desarrollo.

Entre el sinfín de semanarios, periódicos y revistas que se publican en el siglo XIX encontramos, sobre todo a partir de la segunda mitad, artículos con ánimo de denuncia y caricaturas como crítica a la sociedad. Al amparo de la burguesía vallisoletana afloran una serie de publicaciones de contenido satírico, literario y artístico. Como en otras ciudades españolas, la prensa de estas temáticas centra su crítica en la política, la problemática social e incluso en conflictos bélicos. La caricatura, con la exageración de rasgos y el uso de gestos teatrales, genera mofa e invita a la sonrisa.

Don Narciso Alonso Cortés, ilustre historiador vallisoletano, recogió en el Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid* algunas caricaturas ilustrativas procedentes de diversos medios locales de las últimas décadas del siglo XIX.

Las publicaciones que contienen los siguientes chistes gráficos pueden ser consultadas en el boletín citado. En palabras de Alonso Cortés, deseos a los que me sumo, la recopilación se ofrece con el propósito de que sus autores no caigan en el olvido. La ironía es la seña de estas caricaturas que, con un estilo muy sintético, manifiestan los anhelos de la burguesía vallisoletana por semejarse a la potente burguesía madrileña.

CARICATURAS

La ilustración pertenece al semanario satírico “La Murga”, de 1865. El tema hace referencia, mediante figuras humanas, a la quiebra de la sociedad de Crédito Castellano en Valladolid. Los personajes son la Banca (doña Unión), los acreedores (don Credo) y el comisario regio del banco, destituido por el escándalo (don Cachaza). El ilustrador y escultor Manuel Fernández de la Oliva (M. Oliva) suele pintar escenas de la vida política.

Doña Unión.- ¡Que me caigo... que me caigo!...
Don Credo.- ¡Ay... ay... ay!...
Don Cachaza.- ¡¡¡Gua!!!
(Los dos primeros se rompen la cabeza y el último recibe el golpe)
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Mefistófeles es otro de los periódicos satíricos y nace en 1871. El caricaturista es Salvador Seijas, pintor de Fuentes de Nava (Palencia). Son ilustraciones morales, reprueban comportamientos extendidos en la época.

EN VARIEDADES.- El.- ¿Quieres venir a dar un paseo por las Moreras?
Ella.- Calla, que está detrás mi marido.
(Publicado en domingo de Carnaval)

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La pajarera. Album de caricaturas escrito por José Estrañi y dibujado por Manuel Pérez Vicente. Este folleto de 1875 es una recopilación de caricaturas de prohombres vallisoletanos. Un ejemplo es el retrato de Ángel Álvarez Taladriz, hombre de muchos talentos, como se puede ver en la leyenda. (El Paseo Zorrilla fue llamado Álvarez Taladriz)


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El inocente fue un periódico humorístico que se publicaba los días 28 de diciembre, como los Santos Inocentes. Todos los contenidos de esta publicación son humorísticos, como las inocentadas. El dibujante Ricardo Huerta es el autor y se editó en 1885 y 1887.


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En 1896 surge el semanario La Mosquita Muerta. Pablo Cilleruelo (Cille) retrata a un alcalde de Valladolid y profesor de Derecho, Eusebio María Chapado.



*Fuentes:
ALONSO CORTÉS, Narciso: "Caricaturistas vallisoletanos" en Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid, nº 18, 1946

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