martes, 15 de mayo de 2012

Leopoldo Cano, el rostro de un poeta

Caminando por uno de los paseos principales de los históricos jardines del Campo Grande nos topamos con un busto caricaturesco sobre un pedestal en un pequeño parterre. El representado no es otro que el insigne poeta vallisoletano Leopoldo Cano y Masas, escritor vinculado al realismo social fallecido en 1934.

Busto de Leopoldo Cano. Detalle. Colección particular.
Valladolid desea honrar la memoria de uno de sus exponentes culturales y convoca un concurso público para erigir un monumento al escritor. Emiliano Barral es el encargado de ejecutar la obra y diseña un conjunto escultórico alegórico vinculado a la obra del autor. Por desgracia, Emiliano Barral se topó con la oposición del público que no supo ver su genio y el Ayuntamiento retiró su obra en 1935.

Tras este éxito frustrado del Consistorio, se convoca un nuevo concurso al que solo concurren artistas vallisoletanos. Para asegurarse y no caer en el mismo error, se descarta la alegoría y se busca erigir un busto realista, acorde con la tradición decimonónica presente todavía en la sociedad provinciana de la época. 

Juan José Moreno, más conocido como “Cheché” es el responsable de levantar el nuevo monumento a la memoria de Leopoldo Cano. Con un presupuesto más bien bajo – unas 2.500 pesetas –,  este dibujante e ilustrador de diarios escolares ejecuta su primera obra escultórica.

Mediante la caricatura, campo por el que se mueve su profesión, diseña una cabeza a la manera de los chistes gráficos de la prensa de los años treinta. Los materiales son los habituales en la tradición escultórica, el cobre galvánico para el busto y la piedra caliza para el pedestal. En marzo de 1936, se ubica en la Plaza de la Libertad aunque pronto es trasladado al Paseo del Príncipe del Campo Grande.

“Cheché” presenta al Ayuntamiento el 1 de noviembre de 1935 el proyecto para levantar el monumento a la memoria de Leopoldo Cano. Según las palabras del primerizo escultor, unos breves apuntes a carboncillo ofrecen  “una ligera idea de cómo pueda ser el efecto de busto-retrato del eximio poeta”. 


BOCETOS, por JUAN JOSÉ MORENO "Cheché" 
(firma en ángulo inferior derecho)



El gusto del artista por la caricatura se advierte en la nariz ganchuda, el bigote prominente y el interés por mostrar las profundas arrugas del rostro en la búsqueda del retrato psicológico. A pesar de ello, "Cheché" asegura que la representación de don Leopoldo es fidedigna porque asegura estar “al habla con don Alfonso Cano, hijo del gran poeta”.


Entre los artistas vallisoletanos que concurrieron al concurso y tuvieron la mala suerte de ser rechazados, se encuentran escultores que años después ganarían cierto nombre como Angel Trapote Mateo, profesor durante décadas de la Academia de Artes y Oficios de La Coruña y miembro además de la Real Academia de Nuestra Señora del Rosario, su hermano Crispín o Antonio Vaquero Agudo, que tras una dilatada carrera, llegó a dirigir la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos y consiguió ser miembro de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid.
 
Fuentes:
CANO DE GARDOQUI GARCÍA, José Luis. “Escultura pública en la ciudad de Valladolid”, Ayuntamiento de Valladolid, 2000
AMVA: C. 379 – 23
Fotografía.  Colección particular

3 comentarios:

  1. Anónimo16:28

    Me encanta conocer gente ilustre de mi ciudad. Gracias. Aunque menuda cara antiguo con la que le representaron!!

    ResponderEliminar
  2. Anónimo16:30

    He llegado a este blog por casualidad, me parece super interesante el trabajo que realizas. Mucho ánimo! seguiré visitando "cajon de sastre".

    ResponderEliminar
  3. Gracias por los ánimos, ¡¡¡siempre se agradecen!!!

    ResponderEliminar